Podemos vivir en otras ciudades. Podemos cambiar de país o viajar alrededor del mundo. Incluso cuentan que una vez llegamos a la Luna. Pero siempre llevamos con nosotros la esencia de nuestras raíces. Y eso mismo les ocurre a nuestras latas.
La Melva de Andalucía y la Caballa de Andalucía no conocen fronteras. Francia, Italia o Alemania son solo algunos de los destinos en los que triunfa el sabor del tesoro de nuestras costas. Y siempre viajan llevando por bandera la artesanía, la tradición y la calidad que nacen en tres preciosas localidades de tradición marinera: Isla Cristina, Ayamonte y Tarifa.
Isla Cristina, entre marismas y playas
Isla Cristina, a un paso de la frontera con Portugal, es una ciudad onubense que fue fundada como colonia pesquera por catalanes y valencianos en el siglo XVIII.
Desde entonces esta ha sido la actividad principal del municipio. En sus calles se respira espíritu marinero, y en sus playas se pueden ver puestas de sol tan espectaculares que han inspirado a poetas como Rafael Alberti, Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda. Y por si fuera poco, la localidad isleña también cuenta con las Marismas de Isla Cristina.
La influencia del mar regula la temperatura y carga el ambiente de humedad.
Es en ese enclave inigualable donde muchas de las latas de Caballa de Andalucía y Melva de Andalucía se impregnan de tradición, sabor y cariño. Donde nuestras conserveras trabajan absorbiendo lo mejor de la gastronomía, y donde se preserva el proceso de elaboración artesanal.
Ayamonte, el tesoro del Guadiana
La localidad de Ayamonte se extiende a lo largo del margen derecho del río Guadiana, frente a Portugal.
Los ayamontinos se reparten en cuatro núcleos de población. El que da nombre a la ciudad; Punta del Moral en la playa oriental de Isla Canela; Pozo del Camino, pegada a Isla Cristina y la Barriada de Canela, la más cercana al núcleo urbano.
La industria conservera destaca en la localidad onubense. Como en todas las fábricas que componen el Consejo Regulador de la Caballa de Andalucía y la Melva de Andalucía, las plantillas se conforman, casi en su totalidad, de la población local.
Tarifa, la ciudad entre dos mares
Situada a orillas del Estrecho de Gibraltar y sirviendo de luz de guía a los barcos que cruzan esta frontera natural con África, encontramos Tarifa. La localidad más al sur de Europa está bañada a la derecha por el Océano Atlántico y a la izquierda por el Mar Mediterráneo. Ciudad de dualidades en la que soplan fuertemente los vientos de Levante y Poniente.
Este enclave geoestratégico ha atraído civilizaciones desde el paleolítico. Y también desde entonces, sus habitantes han estado ligados al mar.
Sus playas de arena fina, sus increíbles puestas de sol y el sabor de los mejores joyas gastronómicas, llaman la atención de miles de visitantes procedentes de todas partes del mundo.
La idoneidad de su clima, y la fuerte tradición marinera hicieron que desde el principios del siglo XX llegase a la localidad gaditana la primera conservera.
El ingrediente secreto de las latas de Caballa de Andalucía y Melva de Andalucía que salen de Tarifa es la experiencia que se traslada de generación en generación.
La artesanía y la tradición son dos los pilares básicos del Consejo Regulador de la Caballa de Andalucía y la Melva de Andalucía, que entre sus funciones también incluye realizar una labor de impulso económico en las zonas donde actúa, favoreciendo el crecimiento local.